Valentino Rossi es más que un campeón, ya es un mito

Si hay un piloto que estando todavía en activo es ya un mito dentro del motociclismo, ese es Valentino Rossi. Considerado por muchos como el mejor piloto de la historia, es el único hasta el momento que ha ganado el campeonato en todas las categorías.

Posee 9 títulos mundiales en 4 categorías diferentes del Mundial de Motociclismo (125c.c., 250c.c., 500c.c., y MotoGP de 990c.c. y 800c.c.). Tiene el récord de podios consecutivos en la categoría MotoGP (23), es el piloto con más podios (163) y puntos en la historia (4006) y tiene también el mayor número de victorias en la máxima categoría del motociclismo (77). Además es el piloto con más poles de la historia (58), y ya es comparado con el piloto español Ángel Nieto, que todavía obstenta el récord de títulos mundiales con 12+1.

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Y es que Valentino Rossi se ha proclamado por segundo año consecutivo campeón del Mundial de Moto GP al acabar en tercera posición en la carrera disputada en el circuito de Sepang del Gran Premio de Malaysia. El español Jorge Lorenzo ha sido el único piloto este año 2009 que ha puesto en apuros en algún momento al italiano, aunque a falta de una carrera para el final del campeonato ha demostrado que es el más regular y el claro vencedor. Con esta victoria ya posee en su palmarés 9 títulos mundiales conseguidos en las diferentes cilindradas, de los cuáles 7 son en la máxima cilindrada, 1 en la de 125cc y otro en la de 250cc. Si hace un año se disculpó por haber estado dos cursos sin ganar el Mundial, esta vez Rossi se mofaba de todos aquellos que consideran que los deportistas treinteañeros deben dedicarse a escribir sus batallitas y a dejar el protagonismo a los que acaban de llegar. "Gallina vieja hace buen caldo" fue la réplica que "Il Dottore" y sus amigos aliñaron para festejar el noveno título. El dicho figuraba en una ocurrente camiseta en la que por delante salía una gallina cansada, y por detrás, el animal aparecía eufórico y con nueve huevos. Rossi humanizó el dibujo posando con una gallina de verdad y enseñando orgulloso un huevo bien grande con el número nueve inscrito.

La aportación de Rossi al motociclismo y al deporte en general es imposible de medir, así como los aficionados, niños y jóvenes, que se han fijado en el Mundial de MotoGP por la atracción que ejerce el piloto nacido hace 30 años en la Romaña italiana, en un pequeño pueblo llamado Tavullia. Allí fue donde empezó su vida en el deporte motor corriendo en competiciones de karts apoyado por su padre Grazziano. Pero el alto coste de seguir este camino le obligaron a quedarse en las mini motos con las que ganó el campeonato regional en 1992. Pronto destacó en el campeonato nacional en el que en 1994 fue campeón de 125 c.c. y debutó en 1996 en el Mundial precisamente en Malasia.

Después de ganar los mundiales de 125 c.c. y 250 c.c. en 1997 y 1999 con Aprilia, dio el paso a la mayor de las cilindradas, entonces la de 500 c.c. Ganó su primer título en la categoría reina el último año que corrieron las 500 c.c. con una Honda y el primero con las 990 c.c. de MotoGP también con la marca en 2001 y 2002.
Rossi es tan competitivo que se sintió menospreciado por los responsables japoneses de su moto. Los dirigentes de Honda consideraban, según el piloto, que ganaba porque su máquina era tan buena que nadie podía con ella. Valentino se fue cansando poco a poco de ellos y empezó a negociar en secreto en 2003 con sus rivales de toda la vida, Yamaha, con el fin de demostrar que era él quien hacía que la Honda corriera.

Consiguió dos títulos con su nueva marca, Yamaha, y en 2006 vivió su peor año cuando perdió en la última carrera el mundial ante el estadounidense Nicky Hayden. Tuvo problemas con la Hacienda italiana, y al año siguiente se especuló sobre su posible marcha a la Fórmula 1 con el equipo Ferrari tras unas pruebas invernales con un monoplaza de la escuderia. Vivía en Londres, cambió de representante y decidió regresar a Tavullia, algo que renovó su personalidad y le dio más fuerza. En 2007 encontró en el australiano Casey Stoner y su Ducati un nuevo enemigo, con el que no pudo ese año, pero al que ha vencido en los dos últimos. La llegada del español Jorge Lorenzo, con 22 años, a su equipo le ha motivado aún más y ha comentado que con el tiempo dos aspirantes al título de esa calidad no pueden estar juntos. De momento seguirán en Yamaha la próxima temporada. Rossi lo dijo hoy en el circuito de Sepang: decidirá sobre su futuro el próximo verano, y avisó: "aún me quedan fuerzas".

En cualquier circuito del mundo hay más banderas, camisetas, gorras y pancartas de Valentino que de cualquier piloto local. Por ejemplo, los periodistas italianos que siguen el campeonato o los responsables de su club de seguidores se enfadan cuando se les dice que su piloto no es italiano, sino que es "patrimonio de la humanidad". Es imposible verle rechazar la firma de autógrafo o denegar una foto. En Mugello, tras ganar el Gran Premio de Italia, hacer tres años era un espectáculo observar cómo con la gorra del podio calada por el sudor y extenuado por el esfuerzo se hacía fotos con los bomberos del circuito o con paciencia firmaba decenas de gorras amarillas con su número de siempre el 46. Número que no lleva únicamente porque fuera el número de su padre, sino también porque, cuando era joven, se fijó en un japonés que llevaba el número 46 en el carenado. Además, el número habitual de Grazziano no era el 46, pero cuando ganó su primera carrera en el Mundial de 1979 (año en el que nació Valentino) llevaba el 46 en el carenado. Además, también lo utilizaba de joven cuando corría en minimotos. Ese número resume toda su vida, tal y como afirma en su autobiografía.
Su fuerte personalidad le llevó a crear un universo particular que se ha convertido en un negocio notable: su número, sus cascos con el sol y la luna, o con su cara boquiabierta, su ropa, su perro bulldog Guido, sus camisetas. Todo se vende. Conocido por los apodos que se ha dado a sí mismo en diferentes momentos de su carrera: The Doctor, Valentinik y Rossifumi, son aspectos que también ha explotado.
Sus celebraciones también han creado escuela. Se ha vestido de pollo, de preso, de director de orquesta, se ha puesto unas orejas de burro o ha realizado junto a "los artistas" de su club de seguidores, un pilar fundamental en su carrera, un montaje a pie de pista con Blancanieves y los siete enanitos cuando se hizo con su séptimo título. Más allá de su carácter extrovertido y frívolo, Rossi es un gran profesional que sabe qué es lo que le ha llevado a ser uno de los mejores deportistas del mundo.